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PÍO BAROJA
MEMORIAS DE UN HOMBRE DE ACCIÓN
El aprendiz de conspirador.
El escuadrón del Brigante.
Los caminos del mundo.
Con la pluma y con el sable.
Los recursos de la astucia.
La ruta del aventurero.
Los contrastes de la vida.
La veleta de Gastizar.
Los caudillos de 1830.
La Isabelina.
El sabor de la venganza.
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PARA TODOS LOS PAÍSES
COPYRIGHT BY
RAFAEL CARO RAGGIO
1921
Establecimiento tipográfico
de Rafael Caro Raggio
PÍO BAROJA
MEMORIAS DE UN HOMBRE DE ACCIÓN
CRÓNICA DE 1820 A 1823
RAFAEL CARO RAGGIO
EDITOR
MENDIZÁBAL, 34
MADRID
Eran las doce de la mañana de un día de fiesta delaño 1820. Comenzaba el mes de julio; hacía calor.Los arcos de la plaza de Aranda de Duero rebosaban.La gente había salido de misa de Santa María, y elseñorío, los menestrales y los aldeanos de los contornosse refugiaban en los porches, huyendo de las cariciasde Febo, que apretaba de lo lindo. Este soportal, dondese paseaban los arandinos, se llamaba la Acera.
Los que han conocido los pueblos españoles despuésde la emigración de las aldeas y los campos a las grandesurbes no pueden figurarse claramente lo que erauna ciudad pequeña a principios del siglo XIX.
En nuestro país, y en esta época, los pueblos chicosse sentían más fuertes que hoy, tenían una vida relativamentemás rica que las grandes ciudades.
El siglo XIX fué el encargado de nutrir las urbes conla savia de las aldeas y de las villas.
Hoy nuestros pueblos se caracterizan por ser incompletos.Abandonados por el elemento rico y ambicioso,no quedan en ellos mas que gentes sin energía, unafauna de pantano, constituída por campesinos toscos yseñoritos apagados, casi conscientes de la inutilidad desu vida.
En estos primeros años del siglo XIX se iniciaba ya eléxodo a las ciudades; la capital todavía no atraía tantocomo más tarde; la diferencia entre el vivir aldeano y elciudadano no era fundamental, y mucha gente adineradaprefería el aldeano, lo que hacía que la vida de los[8]pueblos fuera algo más amplia y su dinámica más compleja.
Aranda de Duero, en 1820, no llegaba a las cinco milalmas, pero tenía algún movimiento, cierta vida.
Después del gran desastre de la guerra de la Independencia,unos pocos pueblos castellanos habían comenzadoa trabajar con entusiasmo para reconstituírse;entre ellos estaba Aranda.
Había allí fábricas de hi