Director literario: V. Blasco Ibáñez
«Bacbac el ciego, por otro nombre el Cacareador hinchado, es mi tercerhermano. Era mendigo de oficio, y uno de los principales de la cofradíade los pordioseros de Bagdad, nuestra ciudad.
Cierto día, la voluntad de Alah y el Destino permitieron que mi hermanollegase á mendigar á la puerta de una casa. Y mi hermano Bacbac, sinprescindir de sus acostumbradas invocaciones para pedir limosna: «¡Ohdonador, oh generoso!», dió con el palo en la puerta.
Pero conviene que sepas, ¡oh Comendador de los Creyentes! que mi hermanoBacbac, igual que los más astutos de su cofradía, no contestaba cuando,al llamar á la puerta de una casa, le decían: «¿Quién es?» Y se callabapara obligar á que abriesen la puerta, pues de otro modo, en lugar deabrir, se contentaban con responder desde dentro: «¡Alah te ampare!» Quees el modo de despedir á los mendigos.
De modo que aquel día, por más que desde la casa preguntasen: «¿Quiénes?», mi hermano callaba. Y acabó por oir pasos que se acercaban, y quese abría la puerta. Y se presentó un hombre al cual Bacbac, si nohubiera estado ciego, no habría pedido limosna seguramente. Pero aquelera su destino. Y cada hombre lleva su destino atado al cuello.
Y el hombre le preguntó: «¿Qué deseas?» Y mi hermano Bacbac respondió:«Que me des una limosna, por Alah el Altísimo.» El hombre volvió ápreguntar: «¿Eres ciego?» Y Bacbac dijo: «Sí, mi amo, y muy pobre.» Y elotro repuso: «En ese caso, dame la mano para que te guíe.» Y le dió lamano, y el hombre lo metió en la casa, y lo hizo subir escalones y másescalones, hasta que lo llevó á la azotea, que estaba muy alta. Y mihermano, sin aliento, se decía: «Seguramente, me va á dar las sobras dealgún fe